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Mostrando entradas de enero, 2012

Eloy Moreno, El bolígrafo de gel verde

A veces la anécdota impide ver el bosque. Eso es lo que creo que está ocurriendo con El bolígrafo de gel verde . Un autor novel, Eloy Moreno, decidió escribir la novela que le hubiera gustado leer, editarla e ir vendiéndola con su maletilla en la mano. Poco a poco, la novela se fue dando a conocer con la ayuda de Internet y de unos cuantos lectores entregados, hasta que Espasa quiso darle alas. El pequeño David-Eloy enfrentado al mundo editorial, que probablemente habría despreciado su novela. Lo normal, dicho esto, sería hablar de la propia novela. Pues bien, no he leído ninguna crítica de este libro, ni positiva ni negativa, pero la anécdota se repite por doquier. ¿Merece la pena leer  El bolígrafo de gel verde ? Sin ser una obra maestra, es una novela fresca con un estilo muy personal. En el estilo narrativo de Eloy Moreno predomina la oración bimembre, la enumeración y el verbo. Todo ello aporta agilidad. En cuanto al contenido, se trata de una reflexión sobre la rutina y l

Nuevas obras de Chema Madoz

http://www.elcultural.es/noticias/ARTE/2676/Chema_Madoz
En este soneto, Rafael Alberti evoca la figura grácil de una patinadora en un ambiente gélido o lunar. “Rosa fría, patinadora de la luna” (Marinero en tierra). Ha nevado en la luna, Rosa-fría; los abetos patinan por el yelo. Tu bufanda, rizada, sube al cielo,  como un adiós que el aire claro estría. ¡Adiós, patinadora, novia mía! De vellorí tu falda, da un revuelo de campana de lino, en el pañuelo tirante y nieve de la nevería. Un silencio escarchado te rodea, destejido en la luz de sus fanales, mientras vas el cristal resquebrajando... ¡Adiós, patinadora! El sol albea las heladas terrazas siderales, tras de ti, Malva-luna, patinando.
“El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En las fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar. Este modo de vida no es muy bueno para la gente, pero es muy bueno para la industria farmacéutica”  (Eduardo Galeano).
"Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara." (Jorge Luis Borges).
Acuarela de Rafael Requena Soledades Nos van dejando solos los mayores. Se irán la fresca juventud y los amores cálidos. Y partirán de pronto, sucederán qué cosas, propiciarán qué cartas, y qué libros amargos. Alzando va ya el tiempo la alta torre de la soledad, que nubla el cielo. Y nos llama la sombra con su mano enemiga. Y se adentra en lo oscuro nuestra herida memoria. Ya nos lleva la vida por senda entenebrada, solos ante la destrucción de cuanto amamos. Y ese viento que ahuyenta las estrellas... (F. Benítez Reyes).
‎"En términos generales, asusta pensar que pueda eliminarse el aprendizaje de una ciudadanía democrática y de los derechos humanos, piedra angular de una educación que “permita dirigir con sentido la propia vida” y actuar en virtud de la reflexiones personales. Y que se siga creyendo que la “autoridad” del docente se eleva con la altura de la tarima… cuando la realidad es exactamente la contraria: la autoridad del maestro aumenta cuando “desciende” hasta el estudiante, cuando lo conoce bien y “personaliza” en toda la medida de lo posible la enseñanza". Federico Mayor Zaragoza.

"Tu nombre o la prisión de la palabra". Virginia Cantó

De todas las palabras que conozco escojo el silencio para encontrarte, el índice alfabético de tu ausencia esparcido en la tinta de tus labios. Siempre omito la sílaba en que vives para no deshacerte entre mi boca, en la humedad de vocales que palpitan entre mi lengua y tu olvido. Las palabras son nichos donde habita el silencio. Y yo quiero tenerte mía toda, inventar hornacina entre mis dientes y acunar vocales en mi paladar dormido. Tu Nombre es el nicho donde habita el olvido. Y yo quiero tenerte mío entero, tu fonema bautismal, tu leve aullido, arrullado ya por siempre en mi garganta (Luis Cernuda)

Isaac Rosa, El país del miedo

Esta novela de Isaac Rosa ensambla la teoría con la práctica. Por un lado es un verdadero ensayo sobre el miedo; por otro, es un perfecto relato de terror. Lo mejor es que no tiene que recurrir a extraterrestres ni a almas en pena para crear una tensión extrema sino simplemente reflejar una situación normal que vive una familia corriente. Y eso es lo que infunde el verdadero pánico: cualquiera de nosotros podría verse envuelto en una espiral como esta.  La novela tiene un comienzo magistral que en ningún momento baja su nivel porque la prosa de Isaac Rosa envuelve, atrapa, no decae. La trama, que no quiero desvelar para que el primer capítulo no pierda eficacia, en manos de otro escritor habría resultado escasa, pobre, pero Rosa sabe crear un ambiente cada vez más claustrofóbico que nos va llevando hacia un inevitable final, puesto que no hay otra salida. Si habéis visto la película Crash , la reacción de Carlos os recordará a uno de los personajes, el joven policía sensible y hu

Roberto Bolaño, El Tercer Reich

Si algo tiene esta novela de Roberto Bolaño es originalidad. Esperaríamos por el título una obra sobre la ocupación de Europa por los nazis y así es, solo que el teatro de operaciones es un tablero, un juego de guerra. Sin embargo, Bolaño consigue que la partida librada de una manera virtual vaya creando un ambiente que va desde la desolación al terror, una atmósfera inquietante. El lector intuye que la conclusión de la partida tendrá consecuencias inesperadas, y así es. Paulatinamente, el pueblo costero catalán en el que se desarrolla la trama va transformándose, va pasando del desenfado y el bullicio veraniego a la soledad, al frío otoñal que deja todo desangelado. También los personajes van metamorfoseándose, mostrando aspectos oscuros de su personalidad que se intuyen más que se muestran. Hasta los empleados del hotel parecen cómplices de una oscura trama tejida contra Udo, el joven alemán que vuelve al pueblo de veraneo de su infancia para pasar unos días con su novia. El pro