El error lingüístico que cometió en un mitin Luis García Montero ("salones de estares") me llevó a reflexionar sobre algunas cosas. En primer lugar, que el que nada habla nada yerra, un refrán vuelto que me permite expresar que es mejor intentar cambiar la realidad a través de la palabra y equivocarse que no hacer nada. En segundo lugar, me sentí muy agradecida a este poeta que se arrojó al ruedo de la política sin capote para evidenciar su compromiso con la sociedad de la forma parte y que lo hizo por amor al arte, sin buscar nada a cambio. Ahora, además, me admira ver que el subconsciente del poeta aflora en toda ocasión, como el de otros políticos que sacan/saquean España. Buen tema de reflexión. Artículo de Luis García Montero
Deshaced ese verso, Quitadle los caireles de la rima, el metro, la cadencia y hasta la idea misma. Aventad las palabras, y si después queda algo todavía, eso será la poesía. (León Felipe)