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Mostrando entradas de enero, 2011

Luis García Montero, "Madre"

Artículo de Muñoz Molina. El País

La lectura enseña tanto como el ejercicio de la escritura. Una celebración como la presente puede servir de pretexto para extraer conclusiones, para poner en claro algunas de las enseñanzas que ese ir y venir a través del lenguaje deja en quienes aman la literatura. 1 He aprendido que la ficción no tiene por qué ser la forma superior de la literatura narrativa. Quizás una novela sólo deba escribirse cuando no queda más remedio: cuando lo que hace falta decir sólo puede ser dicho inventando. Antonio Muñoz Molina A FONDO Nacimiento: 10-01-1956 Lugar: Úbeda Nada más terminado un libro ya empieza a convertirse en un remordimiento que unas veces se cura con el tiempo y otras no 2 He aprendido las ilimitadas posibilidades expresivas que contiene el relato estricto de ciertos hechos: muchas de las mejores páginas de literatura que he leído en este tiempo pertenecen a libros de historia, a memorias, a biografías, a textos de divulga

Miguel D`Ors

  PEQUEÑO TESTAMENTO Os dejo el río Almofrey, dormido entre zarzas con mirlos, alfonsogrc.wordpress.com las hayas de Zuriza, el azul guaraní de las orquídeas, los rinocerontes, que son como carros de combate, los flamencos como claves de sol de la corriente, las avispas, esos tigres condensados, las fresas vagabundas, los farallones de Maine, el Annapurna, las cataratas del Niágara con su pose de rubia platino, los edelweiss prohibidos de Ordesa, las hormigas minuciosas, la Vía Láctea y los ruyseñores conplidos. Os dejo las autopistas que exhalan el verano en la hora despoblada de la siesta, el Cántico espiritual, los goles de Pelé, la catedral de Chartres y los trigos ojivales, los aleluya de oro de los Uffizi, el Taj Mahal temblando en un estanque, los autobuses que se bambolean en Sao Paulo y en Mombasa con racimos de negros y animales felices. Todo para vosotros, hijos míos. Suerte de haber tenido un padre rico. (Curso

Álvaro Mutis, Diario de Lecumberri

Es esta la memoria "de esa experiencia de quince meses en la cárcel preventiva de Lecumberri, detenido en virtud de un tratado existente entre México y Colombia" (Del prefacio). escritorescolombianos.com El libro reúne varias historias que son como jirones de la vida en la cárcel para mostrarnos una crueldad difícil de asimilar. El estilo y el lenguaje de Mutis recuerdan los mundos miserables y desesperanzados de Onetti y de Rulfo, como también los evoca una cierta distancia del narrador, que cede la palabra a sus personajes, a las víctimas-verdugos que hablan o piensan sin intermediarios, apenas mostrando las galerías insondables de sus almas llenas de contradicciones, de ternura y de crueldad a la vez. Podemos destacar, por ejemplo, la historia de "Palitos", un drogadicto asesinado en el penal. A los ocho años ya fumaba marihuana, "me quitaba el hambre y me hacía sentir muy contento y muy valedor". Palitos "pasaba todo el día ingeniándosel

Tatiana de Rosnay, La llave de Sarah

E n los últimos años, he leído mucho sobre el Holocausto. Una novela me remitía a otra o, simplemente, se cruzaba en mi camino. Sefarad , de Muñoz Molina, es una gran novela que aporta una visión muy rica en matices y relaciona la marginación de los judíos con otras formas de exclusión como las enfermedades contagiosas - se trata siempre de eliminar al que es diferente, al que se ve como un peligro- y su posterior exterminio, con otras persecuciones carentes de justificación, como la que supuso el régimen de Stalin. En Sefarad oí hablar por primera vez de Primo Levi y de su gran obra Si esto es un hombre . Esta trilogía es indispensable para comprender que no disponemos de una inteligencia capaz de explicar un asesinato tan masivo y brutal. Los nazis no querían librarse de un posible peligro, querían aniquilar a seres que, en su opinión, no compartían su condición  humana. Otro de los caminos que partían de Sefarad llevaba a Archipiélago Gulag , de  Alexander Solzhenitsyn . Se tr

Los escritores siempre saben expresar lo que todos sentimos...

"Sinceramente, la maldad de las cosas me supera: ya no hablo de los espejos, siempre listos para descubrirnos defectos, hablo de los capuchones de bolígrafo que saltan sabe Dios adónde, del monedero que nunca está donde lo hemos dejado, de las zapatillas de las que solo encontramos la derecha cuando las buscamos con el pie, de las llaves de casa que salieron solas de la cerradura de la entrada y nos obligan a vaciar todos los bolsillos y todos los bolsos en la mesa, sin hablar de las esquinas de los muebles dispuestas a hacernos daño, los vasos que se nos van de las manos al limpiarlos y dejan esquirlas que las escobas no notan y que al enfermero del ambulatorio le cuesta horas sacar con un alfiler..." (A. Lobo Antunes, Exhortación a los cocodrilos. Siruela).