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Mostrando entradas de marzo, 2016
La palabra responde por el mundo. Hay mañanas en que oímos el mar, la tierra en ella. Es una cueva oscura, o un relámpago fijo. Noches que se iluminan con la palabra humana. ¡Un firmamento o voz! Pero a veces, muchas más veces, la palabra limita con el hombre, es el hombre. La palabra gimiendo, la palabra escuchando. (“Dime amor”). La palabra escupiendo, apostrofando, reuniendo. Clamando como solo una ardiente campana fundida y aún colgante, vibrando, reclamando, mientras todos los hombres a su voz se concentran, y hay un coro de brazos, de puños proferidos, una voz, y son todos.  La palabra es un hilo de voz, y es una madre.  Y es un niño esperando. Y es un padre en su fragua. Y es un carbón brillando. Y es un hogar que ardiendo quema las voluntades, y nace el hombre nuevo (...) (Vicente Aleixandre)