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Mostrando entradas de septiembre, 2013
Te enterraré en un verso... Te enterraré en un verso  que no he encontrado aún,  maniatada con tinta  en una zanja escrita a tu medida,  en un renglón de abismo  cavado para ti.  Te haré pedazos, letras.  Desmembrada. Y así  todos podrán leerte  y nadie, escúchame,  nadie  descubrirá tu cuerpo (José María Parreño).
Imprescindibles - Chema Madoz, regar lo escondido Ver vídeo Imprescindibles - Chema Madoz, regar lo escondido

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IN MEMORIAM

Y de pronto anochece                                                                                Ed é subito sera                                                                    Salvatore Quasimodo Vivir es ver morir, envejecer es eso, empalagoso, terco olor de muerte, mientras repites, inútilmente, unas palabras, cáscaras secas, cristal quebrado. Ver morir a los otros, a aquellos, pocos. que de verdad quisiste, derrumbados, deshechos, como el final de este cigarrillo, rostros y gestos, imágenes quemadas. arrugado papel. Y verte morir a ti también, removiendo frías cenizas, borrados perfiles, disformes sueños, turbia memoria. Vivir es ver morir y es frágil la materia y todo se sabía y no había engaño, pero carne y sangre, misterioso fluir, quieren perseverar, afirmar lo imposible. Copa vacía, tembloroso pulso, cenicero sucio, en la luz nublada del atardecer. Vivir es ver morir, nada se aprende, todo es un despiadado sentimiento, años, palabras, pieles,
En Oporto. Materialesparalaconvivencia.

Carmen Conde, Creció espesa la hierba

Carmen Conde no había aparecido hasta ahora en este blog. Ha sido un descuido imperdonable, teniendo en cuenta que vivió durante unos años en Velintonia como inquilina de Vicente Aleixandre. Por tanto, nadie mejor que ella para habitar en este blog.  No es fácil interpretar Creció espesa la hierb a, una novela aparentemente sencilla, pero de estructura muy compleja.  El viaje que emprende María haciendo autostop, tras fugarse de su casa para huir de la pasión por el marido de su hermana, la lleva a encontrarse con Laura, una mujer solitaria (no sabemos en principio por qué) que se apiada de ella, le da cobijo y protección e intenta comprender su locura. Van juntas a la playa de Murcia, al Mar Menor, pero María se escapa, se va a Madrid para encontrarse con su amante. En el epílogo del libro descubrimos que, en realidad, la joven y la mujer madura son la misma persona, son dos momentos de la misma vida colocados en sincronía para tratar de entender un comportamiento que tendrá t