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Mostrando entradas de diciembre, 2012
M e alegra haber llegado antes al Leonardo Padura de El hombre que amaba a los perros que al autor del ciclo de Mario Conde. Aun mostrando un dominio léxico y sintáctico sin igual en ambos, existe una diferencia radical: la ambición. En El hombre que amaba a los perros había una intención de abarcarlo todo y de profundizar, algo que no he encontrado en La cola de la serpiente. No se trata de un defecto, puesto que el objetivo de las novelas policíacas no es indagar en los contenidos sino elaborar una compleja trama que atrape al lector como una tela de araña. ¿Consigue este fin La cola de la serpiente ? Desde luego, la trama es bastante simple y, bien mirado, como lectora, tiene un papel secundario. A mí me interesan más los problemas vitales de Mario Conde, esa angustia existencial que intenta camuflar bajo una mirada libidinosa. La descripción de la china mulata Patricia Chion, el erotismo que aflora de ella en presencia y en ausencia, los comentarios procaces en tono zumbón qu
El término "Navidad" procede de un étimo latino, "nativitas, nativitatis", que significa ´nacimiento`. La Navidad se celebró por primera vez el 25 de diciembre de 336 en Roma. No se sabe con certeza por qué se eligió el 25 de diciembre para celebrar esta fiesta. Se considera probable que los cristianos optaran por ese día para reemplazar la fiesta pagana Natalis solis invicti (Festival del Nacimiento del Sol Invicto), que celebraba el solsticio de invierno en el hemisferio norte, a partir del cual empieza a aumentar la duración de los días. Nuestra fiesta de Navidad actual es fruto de una amalgama de tradiciones greco-latinas y rituales celtas, germánicos, etc.  Por ejemplo, la Navidad tomó elementos de la Saturnalia latina, una fiesta en homenaje a Saturno en la que se intercambiaban regalos. Los romanos decoraban sus casas con luces y hojas, y daban regalos a los niños y a los menesterosos para celebrar el nuevo año -en marzo-. La comida -y bebida- abundant

Leonardo Padura, El hombre que amaba a los perros

“Quise utilizar la historia del asesinato de Trotski para reflexionar sobre la perversión de la gran utopía del siglo XX”. Leonardo Padura realiza un ingente trabajo de investigación y con todo el material recopilado sobre León Trotski y su asesino, Ramón Mercader, elabora una novela, género que le permite rellenar los vacíos que rodean  sus vidas. Padura va alternando los capítulos dedicados a Trotski y a su familia (episodios narrados en tercera persona y presididos por el miedo, la nostalgia, el abandono, pero también por la ambición y el sueño de dar vida a la utopía) con los que protagonizan Mercader y Caridad, su madre (cuadros en tercera persona que están también imbuidos de miedo, afán de notoriedad y confianza en una idea) y con las reflexiones de Iván Cárdenas – en primera persona- , el trasunto en cierto modo de Padura, el escritor que tuvo la suerte o la desgracia de conocer a Jaime López- Ramón Mercader y se vio obligado a darle voz. Los personajes históricos cobra