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Mostrando entradas de febrero, 2012

Clara Sánchez, Lo que esconde tu nombre

Vamos con otro premio Nadal, el de 2010. Ya hemos comprobado suficientemente que su concesión no garantiza una excelente lectura, pero tampoco hay que desechar estas novelas por el hecho de ganar el premio. En mi opinión merecen una oportunidad.     La trama se presenta muy interesante: la joven Sandra, inocente y embarazada –lo que resultará muy inquietante- se adentra sin saberlo en una hermandad de nazis escondidos en un pueblo de Alicante (Denia con toda seguridad). Se trata de terribles asesinos convertidos ya en fósiles, pero no por ello menos peligrosos. Tendremos su punto de vista, que poco a poco va siendo consciente del ambiente en el que se ha metido gracias a su amistad con Julián, republicano marcado por su estancia en un campo de concentración que se ha dedicado toda su vida a la caza de nazis. Una secuencia se destina al punto de vista de Sandra y la siguiente al de Julián, que nos van dando su visión complementaria y a veces divergente de los mismos hechos. Pr

El 22 de febrero de 1939 murió Antonio Machado

ANTONIO MACHADO (1875-1939) Anécdotas de un magnífico poeta, de un hombre bueno. “Por mucho que valga un hombre, nunca tendrá valor más alto que el valor de ser hombre”.  Antonio Machado poseyó una brillante inteligencia, que se refleja en su poesía, y se imbuyó apasionadamente en la Filosofía (en su biblioteca había muchos más libros de contenido filosófico que poético), en la lengua latina, en el Inglés…, sin embargo su trayectoria académica es sorprendente. Realiza sus estudios primarios en la Institución Libre de Enseñanza, un modelo docente de librepensamiento donde se aprendía a pensar y a dialogar, preocupaban poco los exámenes y las programaciones oficiales. Luego, en un instituto de educación convencional, no le va muy bien, por lo que deja inconcluso el bachillerato –a falta de aprobar 1º y 2º curso de Francés- cuando se va a vivir durante un tiempo a París, junto a su hermano Manuel. A la vuelta, ya muy familiarizado con la lengua francesa, obtiene sobresali
Velázquez, El almuerzo Tiempo, que todo lo mudas, tú, que con las horas breves lo que nos diste, nos quitas, lo que llevaste, nos vuelves: tú, que con los mismos pasos, que cielos y estrellas mueves, en la casa de la vida, pisas umbral de la muerte. Tú, que de vengar agravios te precias como valiente, pues castigas hermosuras, por satisfacer desdenes: tú, lastimoso alquimista, pues del ébano que tuerces, haciendo plata las hebras, a sus dueños empobreces: tú, que con pies desiguales, pisas del mundo las leyes, cuya sed bebe los ríos, y su arena no los siente: tú, que de monarcas grandes llevas en los pies las frentes; tú, que das muerte y das vida a la vida y a la muerte. Si quieres que yo idolatre en tu guadaña insolente, en tus dolorosas canas, en tus alas y en tu sierpe: si quieres que te conozca, si gustas que te confiese con devoción temerosa por tirano omnipotente, da fin a mis desventuras pues a presumir se atreven que a tus dí
Archivo fotográfico de Word Press Photo.
“Si en lo profundo de mi corazón tuviera la certeza de que mañana se acabaría el mundo, me gustaría pensar que soy el tipo de persona que aun así hoy plantaría un árbol”. Martin Luther King

David Foenkinos, La delicadeza

La delicadeza comienza con un encuentro fortuito, de novela, sigue con una muerte inesperada, muy real y termina con una huida también novelesca. Podría ser un cuento con final feliz si no se pareciera tanto a la vida, si el narrador no estuviera ahí constantemente para poner en su sitio a los personajes.  En una novela titulada "La delicadeza" yo buscaría finura, elegancia, sentimientos sutiles, personajes delicadamente dibujados... Y algo de eso hay. Es sutil la relación entre Nathalie y Markus, aunque ellos son unos personajes bastante arquetípicos: la bella y la bestia, o casi. También lo es Charles y su matrimonio agonizante y la trepa de Cloe (quizá podríamos salvar a la abuela, aunque también puede pertenecer al tipo de ancianos en estado casi catatónico que se ponen en marcha como si tuvieran un resorte cuando les insuflan un poco de cariño y vuelven a sentirse útiles). Pero hay bastante más que delicadeza en esta novela, hay ironía, sutiles guiños, alusiones li

Jorge Luis Borges

    EL REMORDIMIENTO He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz. Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados. Mis padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el fuego. Los defraudé. No fui feliz. Cumplida no fue su joven voluntad. Mi mente se aplicó a las simétricas porfías del arte, que entreteje naderías. Me legaron valor. No fui valiente. No me abandona. Siempre está a mi lado La sombra de haber sido un desdichado.