De todas las palabras que conozco
escojo el silencio para encontrarte,
el índice alfabético de tu ausencia
esparcido en la tinta de tus labios.
Siempre omito la sílaba en que vives
para no deshacerte entre mi boca,
en la humedad de vocales que palpitan
entre mi lengua y tu olvido.
Las palabras son nichos donde habita el silencio.
Y yo quiero tenerte mía toda,
inventar hornacina entre mis dientes
y acunar vocales en mi paladar dormido.
Tu Nombre es el nicho donde habita el olvido.
Y yo quiero tenerte mío entero,
tu fonema bautismal, tu leve aullido,
arrullado ya por siempre en mi garganta (Luis Cernuda)
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