“El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En las fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar. Este modo de vida no es muy bueno para la gente, pero es muy bueno para la industria farmacéutica”
(Eduardo Galeano).
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elpais.com He leído Aguirre el Magnífico porque pertenece a un subgénero que cada vez me gusta más, la biografía novelada. Y no me ha decepcionado. Vicent cumple con creces pues da cuenta de la novelesca vida de este personaje salido de los espejos deformantes del callejón del gato, según asegura el propio autor. No es que Vicent haga una descripción grotesca del personaje, es que los materiales que la historia de España más reciente y que el propio Aguirre proporcionan son en sí, al menos, pintorescos. Por lo demás, no creo que Vicent traicione a su amigo biografiado, aunque, eso sí, se cumple lo que le dijo el Rey en la recepción del comienzo de la obra, cuando Aguirre le presentó a Vicent como su “futuro biógrafo”: "Coño, Jesús, pues como lo cuentes todo, vas aviado". No sé si cuenta todo, pero hay suficientes anécdotas, muestras de su aguda inteligencia, comentarios irónicos y malvados, puros cotilleos que permiten un acercamiento a la personalidad de este ser t...
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Jana