Ir al contenido principal

Juan Goytisolo, Telón de boca. El Aleph Editores.

Relato breve en 2ª y 3ª persona en el que un anciano viudo reflexiona sobre su amada esposa, que le ha dejado sumido, con su marcha, en la más terrible soledad y le ha retrotraído al pasado, a la muerte de su madre cuando él era un niño. Este hecho personal le lleva a reflexionar con amargura sobre la vida humana -la pobreza, los asesinatos que vemos a diario- porque "El libro de su vida carecía de argumento: solo hallaba fragmentos de página, piezas mal encajadas o sueltas, esbozos de una posible trama". El hombre se aparta de la vida, como antes se había apartado de los demás hombres, para evitar que cuando llegue la muerte le queden asideros a la vida, porque desde niño sabe que  la vida es "un hoyo o agujero voraz por los  que se sumía el recuerdo".
Increpa a un demiurgo cruel que no se apiada de sus criaturas, aunque ha sido capaz de crear un mundo hermoso. Ese dios también increpa a los humanos: "No veo gran diferencia entre vuestros apetitos depredadores y los que manifestabais recién salidos de la Caverna".
El hombre se recluye en la naturaleza que lo rodea, una tierra antigua entre montañas, como le ha indicado el demiurgo: "La cordillera que contemplas es el telón de boca de un teatro: álzalo y penetra en él. El mundo que se extiende al otro lado responde a tus emociones y anhelos: abrupto, salvaje, abrasado por el sol y esculpido por la conjunción de los cuatro elementos". Pero no acepta, finalmente, la invitación de morir. "La cita sería para otro día: cuando se alzara el telón de boca y se enfrentase al vértigo del vacío. Estaba, estaba todavía entre los espectadores en la platea del teatro."
Con un estilo sintético y esencial, muy bello, Goytisolo reflexiona sobre la falta de sentido de la vida, la tragedia de la mortalidad humana y la maldad, desde un fondo amargo y trágico que no da concesiones a ninguna esperanza. Un libro necesario.

Comentarios

Inés ha dicho que…
Genial reseña que realmente incita a la lectura de la obrita. Una única objeción sobre el relato y el momento actual: en estos años de crisis voraz, dar concesiones a algún tipo de esperanza, aunque sea leve, es casi una necesidad anímica...

Entradas populares de este blog

"Vamos a ser felices", Luis Alberto de Cuenca

Vamos a ser felices un rato, vida mía, aunque no haya motivos para serlo, y el mundo sea un globo de gas letal, y nuestra historia una cutre película de brujas y vampiros. Felices porque sí, para que luego graben en nuestra sepultura la siguiente leyenda: "Aquí yacen los huesos de una mujer y un hombre que, no se sabe cómo, lograron ser felices diez minutos seguidos." (Por fuertes y fronteras).

Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

Se plantea Vargas Llosa en este ensayo el cambio semántico que se ha producido en la palabra "cultura" en los últimos años. Cuando él era adolescente, se tenía la idea de que la cultura, la alta cultura, solo podían alcanzarla unos pocos, la elite de la sociedad. Luego se generalizó la necesidad de democratizarla, lo que empobreció la cultura con mayúsculas haciéndola cada día más insustancial, más banal, más "light", lo que para él es sinónimo de "idiota". La facilidad y la superficialidad favorecen llegar a más gente. El consumidor de esta cultura se siente culto, moderno, parece estar a la vanguardia. Dentro de una tendencia general de la sociedad a cosificar al individuo entregándolo al consumo de objetos, la cultura se ha convertido en un objeto más. Su objetivo principal es facilitar la evasión; su característica principal es la evanescencia. "No aburrirse, evitar lo que perturba, preocupa o angustia, pasó a ser, para sectores sociales cada