Antiguamente, en las mesas de los nobles, se cubrían los manjares, los platos, los vasos y los cuchillos, cucharas y tenedores. Hasta hace algunas décadas, los tres últimos se servían en estuches en las mesas reales. Por esa razón, en lugar de "tender" o "servir la mesa" se hablaba de "cubrirla" y los elementos que se ponían sobre ella se llamaban genéricamente "cubiertos". Finalmente, ese nombre quedó solo para el cuchillo, el tenedor y la cuchara.
La palabra proviene del latín coopertus, participio irregular de cooperire 'cubrir' (elcastellano.org).
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