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Era tu mano aún era tu mano 
parecía una araña de cristal una brújula
de cera un ala rota pero era
tu mano aún por más que pareciera un ábaco 
una corona en llamas
era sólo tu mano cercada por palabras
como cuervos de plata contra el cielo
la bandada de polvo conjurada
contra aquel cielo abierto de tu palma
aquella mano blanca hecha de piel
antes de todo sueño nada más que tu mano
todavía en mis ojos sin letras en mi cuerpo
sin versos en mi propia mano esta
que aún esparce nuevos escuadrones de plata
vanos conjuros piras apagadas espejos
partidos pero era
tu mano que fue y ya no más ya no tan solo
arañas alas ábacos coronas
y entonces me tocaba y ahora no y eso es todo
y ojalá no te mueras eso es todo. (Álvaro Tato).

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Precioso poema en un rincón literario que me agrada cada vez que lo visito. Un abrazo desde otro lugar presidido también por la literatura

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