Ya sé que un título así no es muy sugerente, pero esta novela juvenil me ha gustado mucho. Los hechos transcurren durante la Edad Media, concretamente, durante el reinado de Alfonso VIII de Castilla. Finaliza con la victoria de las Navas de Tolosa. Fernando Fadrique rememora en su vejez los sucesos que le llevaron a convertirse en caballero, pese a que le estaba vedado por ser hijo de un siervo de la gleba. Su valentía le lleva a salvar la vida de su rey en tres ocasiones y a perseverar en su amor. El ritmo rápido de la acción y la recreación de la atmósfera que debió de tener el medievo hacen que esta novela se deje leer con interés, sin importar el público para el que inicialmente estuviera concebida.
Vamos a ser felices un rato, vida mía, aunque no haya motivos para serlo, y el mundo sea un globo de gas letal, y nuestra historia una cutre película de brujas y vampiros. Felices porque sí, para que luego graben en nuestra sepultura la siguiente leyenda: "Aquí yacen los huesos de una mujer y un hombre que, no se sabe cómo, lograron ser felices diez minutos seguidos." (Por fuertes y fronteras).
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