Cuando Mercedes le comunica a su hija cuál es el destino de sus próximas vacaciones, Valeria teme que su hidrofobia le haga pasar los peores momentos de su vida, pues van a alquilar un faro en medio del mar... en Noruega. Las vacaciones, sin embargo, cambiarán su vida pues, a través de sus sueños, descubrirá el origen de su fobia, verá el rostro de su primera madre -Valeria es una niña china
adoptada-, conocerá a William, un amor de verano (o algo más, no lo sabemos) y será la depositaria de una historia antigua ya olvidada que sucedió en el faro durante la Segunda Guerra Mundial. Las dos tramas, distantes en el tiempo, se entrecruzan perfectamente gracias a un recurso tradicional. El abuelo de William -como Sherezade en Las mil y una noches- va desgranando cada noche un fragmento de la historia que vivió en su juventud, pero lo hace de un modo original: a través de los sueños, puesto que está muerto. A pesar de los datos que va aportando el abuelo Erlend, nadie cree a Valeria, pero ella sabe que todo fue verdad y, finalmente, tendrá una prueba irrefutable.
adoptada-, conocerá a William, un amor de verano (o algo más, no lo sabemos) y será la depositaria de una historia antigua ya olvidada que sucedió en el faro durante la Segunda Guerra Mundial. Las dos tramas, distantes en el tiempo, se entrecruzan perfectamente gracias a un recurso tradicional. El abuelo de William -como Sherezade en Las mil y una noches- va desgranando cada noche un fragmento de la historia que vivió en su juventud, pero lo hace de un modo original: a través de los sueños, puesto que está muerto. A pesar de los datos que va aportando el abuelo Erlend, nadie cree a Valeria, pero ella sabe que todo fue verdad y, finalmente, tendrá una prueba irrefutable.
Dicho lo anterior, queda claro que esta novela no es un simple relato contemporáneo que indaga en el primer amor o en las relaciones con los padres sino mucho más. Es también una recreación histórica hecha desde la imaginación que nos habla de las duras condiciones de vida que padeció un grupo de prisioneros rusos en un pequeño pueblo de Noruega, a veinticinco grados bajo cero, sometido a la prepotencia de la sinrazón nazi.
En principio, es una novela para jóvenes, pero la buena literatura ya sabemos que no tiene edad.
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