La abadía de Northanger es una de las primeras novelas de Jane Austen, aunque fue publicada póstumamente por uno de sus hermanos, Henry, que recuperó el manuscrito que años atrás la misma Jane había vendido a un editor. Lo compró al mismo precio por el que la autora lo había vendido, puesto que el editor desconocía que se trataba de la obra de una autora famosa.
Como en todas las novelas de esta autora, los personajes pertenecen a la alta burguesía y a la aristocracia, por lo que aparecen reflejados los valores y las costumbres de estas clases sociales, vistos muchas veces con ironía y espíritu crítico (destaca, en este sentido, el personaje de Mr. Tilney, que podría figurar en la Historia de la Literatura como prototipo de hipocresía).
La protagonista, Catherine, es una joven muy inocente y apasionada por las novelas góticas de la época, propensa siempre a imaginar sucesos misteriosos. Su estancia en un balneario de moda y posteriormente en la Abadía de Northanger le permite alejarse de su familia y madurar, darse cuenta de la doblez que caracteriza a muchos seres humanos, prepararse para asumir su destino pequeñoburgués.
Catherine se enamora de Henry Tilney, un clérigo algo mayor que ella, muy culto, rico y condescendiente con la candidez de la joven. Él predispone a Catherine para que desate su imaginación en la abadía, al estilo de las heroínas que protagonizan Los misterios de Udolfo, de Ann Radcliffe, la novela que acaba de leer.
Y esa parodia de las novelas gótica es, desde mi punto de vista, lo mejor de la obra. Le permite a Austen ironizar sobre el comportamiento esperable en una heroína novelesca, al estilo de Cervantes en El Quijote, al mismo tiempo que –como Cervantes- elabora una obra que posee los mismos elementos que critica. Es, por tanto, metaliteratura, una reflexión sobre el proceso de la escritura, lo que, junto con la visión irónica, a veces sarcástica, confieren modernidad a esta novela, decimonónica en lo esencial.
No supera a Orgullo y prejuicio, tan profunda en su análisis de la psicología de los personajes, pero merece la pena disfrutar de su lectura.
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