
No puedo repetir lo que escribí allí, pero sí me gustaría comentar algunas de las ideas que destaqué.
Antonio Orejudo es un escritor de esa generación que ya no ha vivido las consecuencias de la Guerra Civil, por eso sus novelas no buscan el testimonio sino otros fines: experimentar, aportar humor, hacer una crítica social distanciada... En Ventajas de viajar en tren, una novela breve que se divide en tres capítulos, el autor, siguiendo la estela de su admirado Cervantes, consigue crear un relato totalmente verosímil utilizando el recurso que hace también verosímiles las andanzas del caballero: los personajes están locos. Así, esos relatos de esquizofrénicos, que se van entrelazando, adquieren todo el poder de los testimonios directos. Además, el autor ha realizado una importante labor de documentación, por lo que sentimos que sabe de lo que habla.
Por otro lado, Orejudo es un escritor de prosa amplia y variada, de imágenes poderosas. Al leer el libro, sentí que el autor era una especie de mago capaz de sacar de su chistera un enorme caudal de palabras que, tras un vuelo vertiginoso, vuelven a su lugar, como las piezas de un puzle.
Pero si todavía no os he convencido de las ventajas de leer a Orejudo, podemos hablar de su humor, hilarante a veces, desquiciado, escatológico, apoyado siempre en la vesania de estos personajes entre la realidad y la ficción, dementes.
Comentarios
cuando casi todo me parece tan aburrido y gris
en la vida cotidiana. A mí me has convencido y
me apunto a leerlo. Te cuento cuando lo haga.
Jana