Vieja escuela comienza siendo una novela más de internado juvenil que refleja una educación sentimental, pero pronto se convierte en un relato sobre la formación de un escritor, una educación literaria. A media novela la trayectoria del protagonista, un chico honrado, alumno ejemplar, escritor en ciernes, da un giro sorprendente porque comete un acto deshonroso, ¿inconscientemente? Pero en ese acto descubre, de un modo doloroso, su alma, que ha tratado de ocultar desde su entrada en el colegio. En esa época y en una sociedad tan formal, la falta de honorabilidad se paga cara.
Es una historia sobre la verdad y la mentira, sobre las aparentes mentiras y sobre la literatura, su función, su verdad. La literatura influye en los demás, puede cambiar la vida de los otros y hacer que lo que suena auténtico y real resulte ficticio. Lo importante son las apariencias.
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