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COMEDIA INFANTIL, de Henning Mankel.
Comedia infantil es el relato de nueve noches en las que un niño mozambiqueño de 10 años narra a un panadero que le está cuidando en la calle (sobre un tejado) su peregrinar desde el momento en que unos paramilitares asaltan su aldea. Tras disparar al que lo amenaza, huye. En su viaje va madurando, como si hubiera envejecido cuarenta años, y conoce a algunos seres que le ayudan. Finalmente, llega a la ciudad y allí sobrevive con sus amigos, otros niños de la calle. La descripción de la vida de estos niños es terrible. Lo peor es que se sienten abandonados y sin identidad. Su mayor sueño, de hecho, es poseer un carné de identidad, ser alguien. Nuestro protagonista los capitanea con sus maduros consejos. 
Finalmente, durante la novena noche narra cómo fue tiroteado por los vigilantes del teatro anexo a la panadería. La pandilla había entrado allí para hacer feliz a uno de los niños, aquejado de un tumor en el hígado. Representaron para él una función que le dio un poco de felicidad antes de morir. Cuando iban a retirarse, dispararon a nuestro narrador. Él eligió, en vez de ir al hospital, narrar su historia, para que sirviera de algo. Y es lo que hace el panadero: dedicarse a contar la historia. Porque todos debemos impedir que haya niños desamparados, sin identidad.

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