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Hugo Simberg |
El ángel herido es una novela sorprendente. Su protagonista, Pelayo, en la línea del investigador anónimo de El misterio de la cripta embrujada, El enredo de la bolsa y la vida y toda la serie de Eduardo Mendoza, es un ser extraño, marginal, inadaptado, friki, pero, a diferencia de estas novelas, la visión que tenemos de él no procede de otros personajes sino de sí mismo, por lo que, al final, cuando aparece otro punto de vista, el de María, resulta que no es exactamente lo que parecía.
Desde el comienzo de la novela, el autor va diseminando datos sobre el estado mental del personaje. Esas pastillas que ha dejado de tomar desde la muerte de su madre mantienen inquieto al lector, pero no desvelan nada fundamental de la pirueta final.
Pelayo es un personaje complejo, con muchas más facetas de lo que da a entender su comportamiento extravagante. Su infancia atormentada, la vida junto a una madre posesiva, su propio oficio de funcionario resignado (que da materia suficiente para desarrollar los episodios más cómicos del libro) y, sobre todo, la frustración amorosa que arrastra desde hace años convierten su personalidad en un entramado difícilmente analizable.
Y la sorpresa final: toda esta urdimbre que mezcla géneros (novela psicológica, negra, de humor, de aventuras...) y se sustenta en un lenguaje cuidado y preciso la ha puesto en pie un escritor novel, desconocido aún, aunque posea tanto talento. Hoy día es especialmente difícil destacar en el panorama literario. Montones de novelas se publican en papel, pero también en medios electrónicos. Se siguen las modas: de novelas históricas, de novelas publicadas por escritoras jóvenes... No sé si esta novela podrá abrirse paso, pero sería una pena que su autor dejara de escribir, de desarrollar sus cualidades. Deteneos un momento en la escena del taxista, que es hilarante, absurda, trágica, digna del mejor narrador.
Hablemos también de los aspectos mejorables. Los hay. Al comienzo se insiste en la estatura del protagonista y se explica al lector la imagen del horno, donde se ha cocido poco tiempo -o algo así-. El escritor debe confiar más en el lector, pensar que es un ser inteligente que, a partir de un dato, deduce, imagina. Al lector no le gusta sentirse minusvalorado. Por otra parte, la novela merecería un repaso con objeto de pulir repeticiones de términos y de eliminar ideas reiterativas, incluso algunas erratas. En literatura, cada vez estoy más convencida de que menos es más. Que se lo digan a Juan Rulfo. Y poco más puedo señalar en el debe de esta novela porque la impresión que me ha dejado ha sido muy positiva, sobre todo el final, muy bien resuelto y coherente. Os la recomiendo. La tenéis en Amazon.
Espero que Sergio discrepe en algún punto de estos comentarios o que los complete para, por una vez, contar en el blog con el punto de vista del autor.
Espero que Sergio discrepe en algún punto de estos comentarios o que los complete para, por una vez, contar en el blog con el punto de vista del autor.
Comentarios
Es posible que la obra tenga una próxima revisión, si me encuentro con las fuerzas suficientes. Si algo he aprendido con esta experiencia es que jamás estaré contento con el resultado, si bien eso no significa que trate de mejorarla. En su momento, la obra me dejó verdaderamente agotado y decidí cerrarla porque había que hacerlo en algún momento; de lo contrario, como supongo que le habrá pasado a tantos otros en la misma situación, amenazaba con convertirse en un proyecto eterno. Sin embargo, pasado el tiempo y visto desde la distancia es posible que realice algunos cambios. Pretendo aprovechar para ello las sugerencias que espero que me lleguen pronto de una editorial de libros electrónicos con la que mantengo contactos y de la que espero una edición más profesional; así como los que he leído aquí y que otros me han manifestado.
Resulta complicado, no obstante, encontrar el punto de equilibrio adecuado de todos los elementos de la obra, en especial la personalidad obsesiva de Pelayo (de ahí la repetición de ideas), teniendo en cuenta la primera persona de casi toda la obra.
Esta novela fue concebida de una manera y acabó siendo otra casi totalmente diferente y fue ella misma la que me condujo ahí, fue Pelayo realmente el que fue abriéndose paso hasta mostrarse como es hoy; os mantendré informados si decide cambiar algo. Igualmente, estoy abierto a los comentarios, preguntas, aportaciones... tanto de tí, Marga, como de cualquier otro lector de tu blog.
Muchas gracias y un saludo a todos y,si alguien está pensando en escribir esa novela o ese cuento que le ronda la cabeza, que no lo piense más y actúe. Solo la experiencia ya merece la pena.
El conflicto es la esencia de la vida, sin él no seríamos nada,y cada uno debe tratar de aprovechar los suyos lo mejor pueda. Yo, por mi parte, me he enfrentado a uno con esta novela y lo he resuelto actuando: he publicado una nueva versión que aspira a ser mejor, yo al menos creo que lo es. La tenéis en una página muy interesante para lectores electrónicos www.literanda.com
Os dejo una serie de enlaces a los que podéis acudir si lo deseáis:
En la web:
http://www.literanda.com/index.php/librerias/autor/narrativa-contemporanea/navas-rufo-sergio/101-el-angel-herido
En el foro:
http://www.yolje.com/Literatura/Foro_de_literatura/viewtopic.php?f=181&t=11326
En facebook:
http://www.facebook.com/pages/Literanda/145424512237467?sk=wall
En google +:
https://plus.google.com/b/103912098042437931438/
Yo, de momento, voy a ver si me enfrento al conflicto de sacar adelante (o no) una nueva novela.
Un saludo.