Cuántas gentes corren tras la riqueza
sin tomar reposo.
Toda la noche hacen sus cuentas,
por el día galopan.
La vida pasan en un anhelo constante,
lleno de fatigas.
No saben que sobre el techo de sus
casas el cielo es azul.” (Tai Fu Ku . Siglo XIII)
¿Qué será de ti, Dios, cuando yo muera?
Yo soy tu jarra: ¿cuando me haga añicos?
Soy tu bebida: ¿cuando me corrompa?
Yo soy tu atuendo, yo soy tu oficio,
sin mí careces de sentido.
después de mí no tendrás casa donde
te saluden palabras tibias y cercanas.
La sandalia de terciopelo que soy yo
se soltará de tus pies cansados.
Perderás tu gran manto.
Tu mirada, que mi mejilla acoge
tibiamente, como con almohadones,
vendrá y me buscará largo tiempo…
y al ponerse el sol se tenderá
en el regazo de piedras extrañas.
¿Qué harás, Dios? Temo por ti.
(Rainer María Rilke. El libro de horas)
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