Tenemos en español pares de adverbios de lugar con a- y sin a- que a veces plantean dudas en el uso. Me refiero a parejas como fuera/afuera, dentro/adentro, delante/adelante, detrás/atrás, etc. Lo primero que tenemos que saber es que cada miembro del par admite lo mismo usos de situación (1, 2) que usos de desplazamiento (3, 4): (1) No me diga que estoy fuera de la realidad, miss Ramos [...] [Ana María Fuster Lavín: Réquiem] (2) Me quedé afuera aguardando a Momo [Fernán Caballero: La gaviota] (3) Mañana me voy fuera de Lima, a descansar por unos ocho días [Carmen María Pinilla (ed.): Arguedas en el Valle del Mantaro] (4) Espérame aquí, niña. Voy afuera a hacerme muy rico [Isabel Allende: Cuentos de Eva Luna] Por tanto, hay que desechar la idea, bastante arraigada, de que las formas sin a- solo se utilizan cuando tienen significados estáticos y que las contrapartes con la preposición incorporada denotan exclusivamente movimiento. La verdadera diferencia está e