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Mostrando entradas de diciembre, 2013

Si quieres ser poeta...

ARTE POÉTICA      Que el verso sea como una llave Que abra mil puertas. Una hoja cae; algo pasa volando; Cuanto miren los ojos creado sea, Y el alma del oyente quede temblando.      Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; El adjetivo, cuando no da vida, mata.      Estamos en el ciclo de los nervios. El músculo cuelga, Como recuerdo, en los museos; Mas no por eso tenemos menos fuerza: El vigor verdadero Reside en la cabeza.      Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas! Hacedla florecer en el poema ; Solo para nosotros Viven todas las cosas bajo el Sol.      El Poeta es un pequeño Dios. (Vicente Huidobro)

Juan Gabriel Vásquez, El ruido de las cosas al caer

En El ruido de las cosas al caer , Juan Gabriel Vásquez nos retrotrae al período más violento de la historia reciente de Colombia, cuando Pablo Escobar fundó su imperio, en el que no faltaba ni siquiera un zoológico repleto de animales exóticos que a la muerte de este excéntrico narcotraficante -en 1993-, como un símbolo de su imperio caído, quedó  sumido en el abandono. En esos comienzos, mercadear con drogas era casi un juego inocente cuyos riesgos reales pronto se verían. Poco a poco, Bogotá se convirtió en un escenario sangriento donde mercenarios y traficantes valoraban en muy poco una vida humana. La violencia se fue incrustando en la piel de la ciudad, como se va incrustando en la piel de otras ciudades, de otros países (nosotros sabemos mucho de esto). Las imágenes de los asesinatos llegaban cada día a través de los noticiarios y de los periódicos, convirtiendo lo excepcional en cotidiano. Cada atentado representaba un mojón en el camino de la vida diaria: "Yo tenía
Benicàssim. 26 de diciembre de 2013 Si mi voz muriera en tierra, Llevadla al nivel del mar Y dejadla en la ribera. Llevadla al nivel del mar Y nombradla capitana De un blanco bajel de guerra. Oh mi voz condecorada Con la insignia marinera: Sobre el corazón un ancla Y sobre el ancla una estrella Y sobre la estrella el viento Y sobre el viento una vela. (Rafael Alberti)

Un villancico de Lope de Vega

Feliz Navidad a todos. Las pajas del pesebre, niño de Belén, hoy son flores y rosas, mañana serán hiel. Lloráis entre las pajas de frío que tenéis, hermoso niño mío, y de calor también. Dormid, cordero santo, mi vida, no lloréis, que si os escucha el lobo, vendrá por vos, mi bien. Dormid entre las pajas, que aunque frías las veis, hoy son flores y rosas, mañana serán hiel. Las que para abrigaros tan blandas hoy se ven serán mañana espinas en corona cruel. Mas no quiero deciros, aunque vos lo sabéis, palabras de pesar en días de placer. Que aunque tan grandes deudas en paja cobréis, hoy son flores y rosas, mañana serán hiel. Dejad el tierno llanto, divino Emanüel, que perlas entre pajas se pierden sin por qué. No piense vuestra madre que ya Jerusalén previene sus dolores, y llore con Joseph. Que aunque pajas no sean corona para Rey, hoy son flores y rosas, mañana serán hiel. (Lope de Vega)

Joan Fontaine

«Anoche soñé que había vuelto a Manderley»... Ha muerto la segunda señora De Winters, pero siempre quedará Rebeca. Noticia en El País

Pablo Neruda

"Tu risa" Quítame el pan, si quieres, quítame el aire, pero no me quites tu risa. No me quites la rosa, la lanza que desgranas, el agua que de pronto estalla en tu alegría, la repentina ola de plata que te nace. Mi lucha es dura y vuelvo con los ojos cansados a veces de haber visto la tierra que no cambia, pero al entrar tu risa sube al cielo buscándome y abre para mí todas las puertas de la vida. Amor mío, en la hora más oscura desgrana tu risa, y si de pronto ves que mi sangre mancha las piedras de la calle, ríe, porque tu risa será para mis manos como una espada fresca. Junto al mar en otoño, tu risa debe alzar su cascada de espuma, y en primavera, amor, quiero tu risa como la flor que yo esperaba, la flor azul, la rosa de mi patria sonora. Ríete de la noche, del día, de la luna, ríete de las calles torcidas de la isla, ríete de este torpe muchacho que te quiere, pero cuando yo abro los ojo